Lidiar con nosotros mismos, es quizá, uno de los problemas más grandes que enfrentamos en nuestra vida (mayor aún que lidiar con la escuela jajajaja), ya que aunque digan que no hay mal que dure 100 años..., vivir por siempre con nosotros mismos puede resultar un verdadero dolor de cabeza, en especial si no nos entendemos ni nosotros y mucho menos a los demás. Por fortuna para nosotros o no, los test que vamos elaborando en estas sesiones, pueden darnos una pista acerca de cuáles son nuestras demencias y otros tantos trastornos.
Tal y como si estuviéramos divididos en dos y pensáramos por dos (lo que de hecho hacemos), la lucha entre lo que quiere el corazón y lo que quiere el cerebro, puede resultar realmente agotadora, sobre todo si como ya les dije, estos dos entes se la viven como perros y gatos y aún así, no pueden vivir el uno sin el otro.
Volviendo un poquito a la realidad, los test de personalidad, aunque posiblemente no podrían decirnos a ciencia cierta hasta que nivel de locura nos encontramos, sí pudieran ofrecernos alguna que otra noción del porqué actuamos como lo hacemos en algunas ocasiones.
Ahora bien, es importante recordar que los test son sólo una herramienta que junto con la entrevista, nos pueden ayudar a profundizar en los temas que nos obstaculizan psicológicamente y pueden llegar a bloquearnos a la hora de enfrentar situaciones de gran estrés o que demandan de nosotros un esfuerzo mental y/o emocional bastante más elevado de lo usual.
Por otro lado, las contradicciones entre corazón, cerebro y nosotros siempre van a estar a la orden del día, el truco es cómo encontrar un consenso satisfactorio entre las partes involucradas y ser lo más funcionales que podamos y vivir felices para siempre hasta donde sea humanamente posible.
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