El arcoíris, es uno de los fenómenos más hermosos que nos regala la naturaleza después d un día de lluvia y, consiste principalmente en la unión de los colores que refleja la luz blanca al contacto con los componentes de la atmósfera. En realidad no sé si sea así, pero de cualquier forma no importa, lo que importa de verdad, es que es un regalo mágico y que no necesita mayor explicación (ahora que si la quieren buscar, es cosa suya).
Bueno, aí como el arcoíris tiene muchos colores y ha inspirado un buen número de historias y leyendas, los seres humanos llevamos en nosotros igualmente un sinnúmero de matices,, muchos de ellos inexplorados.
Por fuera, todos nos vemos diferentes y nuestra piel puede ser de un color muy distinto y, no es que en el fondo seamos iguales, pero el no atrevernos a mirar un poco más allá de lo que se ve a primera vista y empezamos a juzgar sin ton ni son, corremos el riesgo de perdernos del tesoro al final del arcoíris.
Como bien saben, todos tenemos nuestros momentos buenos nuestros momentos donde quisiéramos desaparecer del mapa - al menos por un tiempo -, pero por fortuna, hay otras personas, cuyo resplandor llega a ser tal, que nos impulsa a querer sacar lo mismo de nosotros. Generalmente, aunque todos tenemos esa posibilidad de desplegar ese "arcoíris interno", realmente muy pocos lo hacen o tienen la capacidad de hacerlo, debido principalmente, a que el miedo y otra serie larguísima de prejuicios, nos han obligado a defendernos del mundo que nos rodea y tener la necesidad de contraatacar de ser preciso.
Todo esto me parece realmente triste, ya que en realidad el mundo no es tan cruel como lo pintan ni tan bonito como quisiéramos pero, si nos diéramos la oportunidad, podríamos ver un precioso arcoíris y si los combinamos, quién sabe que clase de mundo maravilloso conjuraríamos.
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