martes, 5 de marzo de 2013

SESION 4. LA ENTREVISTA VISTA DESDE EL FACTOR HUMANO.

Normalmente, yo diría que vivimos rodeados de máscaras y espejos a veces demasiado horrendos para atrevernos a mirar, pero eso, queda reservado a otras historias que no se tratarán aquí.
Como bien saben, se ha venido tratando el tema de la entrevista como un continuo vaiven que de pronto puede ser confuso y difuso, puesto que al hacerla, nos enfrentamos a un enemigo al que conocemos de toda la vida y el cual es parte inconsciente de nosotros, un enemigo al que tememos pero con el que convivimos todos los días.
En una entrevista ya sea psicológica o de caracter orientador, este enemigo interno, se hace presente en la voz del afectado, ya que inconscientemente, podemos encontrarnos ligados a nuestro nemesis o recordar algún trauma de nuestra propia psique y transferirla a nuestro paciente sin siquiera darnos cuenta; es por ello que no sólo la terapia puede ser necesaria para el que la busca, sino que a su vez el entrevistador debe de buscar la manera de liberarse de esas manias y esa carga emocional que el entrevistado deposita sobre nosotros.
Al estar estrechamente sujetos a nuestros sentimientos y emociones, muchas veces podemos llegar a sentirnos impotentes ante lo que otras personas dicen delante de nosotros, en una entrevista sucede lo mismo, pero es importante recordar que, por más frustración, dolor o cualquiera que sea el estado de tragedia que el entrevistado pueda volcar sobre nosotros, no estamos en la obligación de resolver sus problemas y nosotros, debemos ser capaces de dominar nuestras pasiones y pulsiones, de tal manera que no lleguemos a proyectarnos y a descargar nuestras frustraciones y traumas sobre el cliente; aún así, podemos intentar confortar al paciente, ofreciéndole los recursos para que pueda alcanzar un estado de tranquilidad y equilibrio, canalizándolo con algún otro especialista si es que es necesario o no contamos con los recursos para ayudar a esa persona.
Por último, recordemos las palabras de Sigmund Freud: "La ciencia moderna aún no ha producido un medicamento tranquilizador tan eficaz como lo son unas pocas palabras bondadosas", pero al mismo tiempo, recuerden que a veces las palabras no bastan.




4 comentarios:

  1. Lo que dices es importante porque los que entrevistamos tambien somos seres humanos, y de pronto tambien tenemos nuestros propios demonios escondidos, por lo que es importante siempre buscar dentro de nosotros mismos y superar lo que podamos venir cargando para poder ayudar a otros; si esto hacemos estaremos en posición de ayudarnos a nosotros mismos y por ende a los demás

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  2. Sin duda este factor es el elemento más peligroso en la buena realización de la práctica profesional, es inevitable que el individuo se quite sus estigmas y su experiencia, sin embargo es necesario que la entrevista no se lleve a cabo utilizando este tipo d perspectivas, para esto es recomendable que el entrevistador conozca las herramientas de desarrollo humano individual y social para que sea capaz de enfocarlas a su entrevistado y evite que sus propias cargas emocionales se presenten en la sesión de trabajo.
    Es my importante que el profesional acuda a la realización de terapias para que sea capaz de controlar sus experiencias, y sobre todo, solucionar lo que aún está afectando su propio desarrollo, pues solo así será capaz de llevar a cabo una verdadera practica objetiva y fructífera.

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  3. Por lo que hasta ahora hemos visto me parece que aún nos falta algo de preparación como orientadores, pues podemos pretender darle orientación a alguien pero no sabemos que es lo que pueda salir y resultar de esa persona, lo cual puede hacernos sentir desde la impotencia hasta llegar a sentir situaciones familiares a nuestra vida que no nos habíamos dado cuenta, sino hasta mirarlo desde afuera en una situación externa y ajena. Esa sensación de incertidumbre puede llevarnos a cierto grado de locura, que realmente debemos manejar con un profesional.

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  4. Sin duda alguna es importante ayudar a las personas a que resuelvan sus problemas por si solos, nosotros debemos de ayudarlos a adquirir las herramientas necesarias para resolverlos y a saberlas usar, pero es importante no personalizar las situaciones del paciente, debido a que si personalizamos nos arriesgamos a perder la objetividad de la consulta.

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